Las zapatillas de running son tu equipo más importante. La espuma amortiguadora ayuda a absorber los repetidos impactos que sufre el cuerpo durante el entrenamiento, y la resistente goma de la suela exterior mejora la tracción y añade durabilidad a la zapatilla. Muchos de los calzados deportivos están pensados para entrenamientos largos, mientras que otros están diseñados para ayudarte a correr más rápido.

Entonces, independientemente de las zapatillas de correr que compres, no duran para siempre. Sin embargo, eso no significa que no puedas tomar medidas para alargar la vida de tus zapatillas. En este artículo, te brindamos los mejores consejos para mantener tu calzado deportivo como nuevo, ¡comencemos!

1. Reserva tus zapatillas para correr

Puede ser increíblemente tentador comprar un par de zapatillas de correr y convertirlas inmediatamente en tus zapatillas para todo. ¿Por qué no ponértelas para realizar algunas actividades cotidianas o mientras trabajas en el jardín? Y, ciertamente, es una molestia cambiarse de zapatillas después de correr si tienes otras tareas que realizar antes de volver a casa.

Pues bien, por muy cómodo y práctico que sea utilizar este tipo de calzado para algo más que correr, lo que acabas haciendo es reducir la vida útil de las zapatillas running. Esto se debe a que las zapatillas suelen tener una vida útil relacionada con el kilometraje.

Varios factores pueden afectar a esta vida útil, incluido el propio peso corporal y la forma del pie, pero cada kilómetro que utilices las zapatillas para otras actividades distintas a correr es un kilómetro menos que podrás utilizar para correr.

Por tanto, reserva las zapatillas para correr. Si utilizas una aplicación o una hoja de cálculo, es muy fácil controlar cuántos kilómetros han acumulado tus zapatillas. Sin embargo, usar este calzado para todas las demás actividades, hace que sea difícil hacer un seguimiento de los kilómetros que estás recorriendo.

2. Utiliza el calzado adecuado para el tipo de carrera

Hay razones por las que existen diferentes calzados para pistas, carreteras y senderos. Los distintos tipos de zapatillas se fabrican específicamente para adaptarse a las superficies en las que se utilizan. Y si acabas utilizando tus zapatillas running en una carrera por senderos difíciles, es probable que se desgasten más rápido.

Una vez que empiezas a usar las zapatillas sobre grava, rocas y raíces, la goma de la suela exterior y cualquier espuma expuesta de la entresuela que asome a través de la goma empezarán a desgastarse mucho más rápido. Y el mismo concepto se aplica a los tipos de carreras que realizas. Recuerda que cada tipo de carrera se adapta mejor a unas zapatillas u otras.

Tal vez quieras algo muy amortiguado para un día de recuperación fácil, o algo ligero y elástico para un día de trabajo rápido. Esas zapatillas ligeras y elásticas suelen tener menos goma en la suela exterior, lo que significa que una mayor parte de la espuma de la entresuela está expuesta y toca el suelo, por lo que es probable que se desgasten mucho más rápido.

Por ello, si utilizas las zapatillas ligeras para cada carrera, en lugar de ir rotando entre ellas en función del entrenamiento que estés realizando, acabarás teniendo que cambiarlas con más frecuencia.

3. Añade entrenamiento cruzado adyacente al running

Si estás tratando de conseguir unas cuantas semanas o meses más de cada par de zapatillas de correr, el entrenamiento cruzado puede ser el camino a seguir. Las actividades que imitan la carrera, pero que no desgastan tanto (o nada) las zapatillas, pueden alternarse de forma regular para prolongar la vida útil de las zapatillas.

Te recomendamos elegir un ejercicio que sea específico para correr y maximizar los beneficios. Esto significa actividades que imiten el movimiento de correr, los cuales pueden incluir caminar en la una máquina corredora, al aire libre y usar la bicicleta.

4. Guarda tus zapatillas de forma segura

Es importante pensar en las condiciones en las que se debe guardar tus zapatillas running entre carrera y carrera. Exponerlas al frío o al calor extremo, o simplemente colocarlas en el fondo del armario puede ser más perjudicial de lo que crees. Asimismo, aplastarlas bajo otras zapatillas desgasta más rápido la parte superior.

Del mismo modo, el calor extremo puede hacer que la entresuela se endurezca o se encoja, mientras que el frío extremo también puede provocar rigidez. Así que, aunque te inclines por dejar las zapatillas en el auto o en el patio después de cada carrera, lo mejor es guardarlas en un lugar con la temperatura controlada y darles espacio para que se asienten, sin que otros zapatos o artículos deportivos las molesten.

¡Ahora ya sabes cómo cuidar tus zapatillas running! Este tipo de calzado puede ayudarte a recorrer varios kilómetros de terreno en interiores y exteriores, pero cada par de zapatillas tiene una vida útil. Por ello, cuando llegue el momento indicado, deberás cambiarlas; de los contrario podría provocar dolores, molestias y ampollas. ¡Cuida la inversión que has hecho en tus zapatillas de correr y trátalas bien!

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